Poemas de Philippeson Juste
Por Valentín Amaro

Philippeson Juste es un poeta de la República de Haití. Es médico de formación y fotógrafo de sensibilidad, su voz poética resuena entre Cuba, Haití y el Caribe. Es autor del poemario Bout Souf (2024), uno de los primeros en criollo haitiano publicado en Cuba, y del libro bilingüe ¿Sobrevivirán las aliblancas palomas? (2024). Su obra ha sido galardonada con reconocimientos notables: Premio de Poesía Plougasnou (Francia, 2024), Premio Descubrimiento Élise Bisschop (Francia, 2024); finalista del Premio Poesía ADAN (Francia, 2024), finalista delPremio Internacional de Invención Poética (Martinica, 2024) y del Premio Internacional de Poesía Léopold Sédar Senghor (mención honorable, Italia, 2025). Sus textos han sido publicados en revistas como DO.KRE.I.S, Temps de Poésie, Lettres d’hivernage, Oyapock, L’Accent de Poche, y en antologías literarias internacionales como, Komala Sueños baldíos (América Latina), Les 100 Poèmes du Grand Concours (Francia), y Prix Poésie ADAN — Hauts-de-France (2024).
La poesía de Juste presentada aquí, conforman un mosaico lírico profundamente marcado por la experiencia del exilio, el desarraigo y la memoria de una patria fragmentada. En conjunto, la poesía se construye como un duelo colectivo y personal, donde la identidad se teje y desteje entre nostalgias, cicatrices y un amor incondicional por la tierra perdida. Poemas como "Náufrago", "Exilio" o "Letanía de las cenizas" tratan el dolor del desarraigo, el cuerpo como archivo del sufrimiento y la voz como resistencia. Otros textos revelan intentos del aeda por reconstruir la memoria nacional desde lo íntimo y cotidiano. La ciudad, especialmente Puerto Príncipe, es símbolo de belleza herida, de promesas rotas pero también de pertenencia persistente. Hay un tono constante de duelo, pero también de ternura y rebeldía, donde el lenguaje es ritual, exorcismo y consuelo. Para mí ha constituido una inmensa alegría conocer la poesía de este médico haitiano, gracias a la poeta Marie-Ange Claude, quien me ha servido de especial enlace para ir conociendo estas voces que seguiremos haciendo visible.
¡Viva la poesía de nuestra isla y de todo el mundo!
NÁUFRAGO
Náufrago de un nombre sin tierra que lo entierra
vago entre el ayer —
y lo que no nacerá
Las ciudades se esfuman
difusas como el cristal
bajo la sombra de un adiós sin retorno
El viento me arrastra como un grito
y cada horizonte se dobla bajo mis pies.
HILO POR HILO
Mi corazón tamborilea la hora desnuda
de las partidas
esta mañana zurzo mi país
con puntadas de sol
en mi mochila un estallido de risa
un retazo de cielo enterrado
bajo el aguacero de recuerdos
allá
el sol esculpe los techos en fiebres de incendio
el chasquido de las sandalias
la tierra roja bajo mis pies
el invierno aquí hiela los huesos
y las lenguas
mis sueños saben a mangos robados
jugosos
demasiado ácidos para los labios del exilio
bajo un cielo de hierro
exangüe de estrellas muertas
devano mi Yanvalou, árbol de palabras
cuya savia corre en venas-ríos
mis manos huelen a café quemado
a sal de lágrimas secas
cicatrices de caminos sin reloj
esta mañana otra vez
zurzo mi país
hilo por hilo
en otro lugar, llora mi nombre huérfano
mis suelas desteñen sin memoria del suelo.
LLUVIA DE ORACIONES
Llueve sobre nosotros
Lágrimas del cielo en cascada
Cuentas de historia suspendidas
Y nubes de pena enmadejadas
Junto a nuestras risas
A nuestras almas prisioneras
Puerto Príncipe
Ciudad-espejo de contrastes
¡Oh frágil tierra!
Piedra de dolor y dolor de piedra
Ciudad-agonizante sostenida por sus alas cicatrizadas
La lluvia calma nuestras penas
Los corazones brillan en sombras luminosas
Y los sueños se funden
En las venas serpenteantes de la ciudad
Por estas heridas
Que afligen nuestro mundo
Por los gritos y sollozos
Teñidos de abismo
Por tu suelo exangüe y profanado
La esperanza que se esfuma
Los sueños extraviados
Y las sombras del pecado
Que la paz del Señor se teja en hilos de oro
Que el río de nuestras plegarias
Esculpa su camino hacia el horizonte
Y que las gotas transfiguren nuestros dolores
Purifiquen nuestros párpados
PUERTO PRÍNCIPE
Ya no tengo palabras para amarte
Para decirte cuánto habitas en mí
Así que las grabo
En las sombras que bailan los adoquines
Bajo este cielo de brasas que abrasa la ciudad
Donde cada rayo lleva el peso de mi ausencia
El asfalto rezuma susurros de antaño
Las piedras cansadas de nuestros pasos
Guardan el eco de risas perdidas
Mientras el calor
Se estira como un sueño
Y la ciudad dormida en el verano
Envuelve sus callejuelas en sudarios
Puerto príncipe
Verano denso de promesas incumplidas
Se alarga en languidez
En el aire cargado de bochorno
Siento tu nombre desvanecerse
Como un sueño apenas vivido
Y te amo
Te amo con sereno amor
Y me desdibujo en la sombra de este día que se extingue.
LETANÍA DE LAS CENIZAS
Soy fuego sin plegaria
un sollozo que cuenta las cenizas
— reloj con muelas de brasa
masticando el tiempo de los condenados
Bailo tumbas
cada grano — un siglo ahogado
bajo la palma de los verdugos
Me robaron la boca
arrancaron la lengua
Los males brotan bajo mi piel
semillas de tormenta
Me injertaron lunas frías
en los párpados
azules cicatrices gritando por los poros
El viento me atraviesa en alfabetos de brasa
desollado vivo en los muros del tiempo que balbucea
Mi puño echa raíces en truenos — la ciudad sangra
constelaciones que nadie descifra
Hablo con labios de sal
Cada herida pare un sol en espera
Cada sílaba — un sepulcro derribado
Una corneta de estrellas reventadas perfora la noche
y doy a luz una primavera de espadas y pétalos.
Hermanos — vi a la sombra borrar el azul de los ríos.
UN RUMOR QUE SE NIEGA A MORIR
Mi nombre grabado en la garganta de las tinieblas
Grito tatuado bajo los dientes de los verdugos
Canto de pedernal — fuego delirante
Quebrando el alba muerta en astillas de insumisos
Clavaron mi sombra en los muros del silencio
Erguidas noches con espinas de exilio
El viento se atraganta de mis pasos mutilados
Los fusiles babean colmillos de ceniza
Soy el murmullo que se niega a morir
Roigo las tumbas — me cosieron
Noches en la piel, y los muros
Susurran nombres borrados en tinta negra
Camino — fantasmas bajo mi lengua
Pesado de iras que avivan las raíces
Aprendo a sangrar en silencio:
Mi piel tatuada de cicatrices-soles
Pare un alma bajo mis párpados clausurados.
RÍO DE LOS SILENCIOS
Es un abismo de verdor donde cantan los ríos
Alas de cristal que hienden lo inmóvil
Refugio para nuestros corazones cargados de sal
y astros perdidos
Los días de lluvia
nuestras risas cascadas de arcoíris
trepan los faroles de soles adormecidos
Las noches estrelladas
nuestros silencios filigranas de poemas
se disuelven en la memoria de las aguas
Dos siluetas que somos
Nos anclamos, ebrios de luz
Nos extraviamos
Y nos reencontramos
Almas vagabundas
Aquí es el silencio quien habla
Con la mirada traducimos lo indecible
En lágrimas de rocío
Mientras el flujo del mundo se agrieta bajo nuestros párpados
Es hora de tejer ensueños
Secretos entrelazados de musgo y bruma
El destello de una luna creciente
Echa raíces en ojos de esmeralda
Nosotras, sombras invertidas
Los ríos arrastran suspiros de ultra sueño
Y nuestros corazones laten el eco de los bosques
Estas venas de agua que gotean ajenas al tiempo.
EXILIO
Como navío
privado de faros
bajo un cielo de llanto
a la deriva voy
vela tensada de dolores
el corazón desterrado
despojado de sueños
de risas ya apagadas
sin puerto, sin orilla
mis suspiros se alzan
desgarrados por el viento
lengua sedienta
VALS DEL AMANECER
He tejido la ebriedad en tu aliento de pájaro
llevado por la dulce caricia del viento
donde el aire susurra promesas
de sueños suspendidos.
El agua me confió sus secretos
sus lágrimas saladas
de ríos en fuga hacia océanos de estrellas.
Cada gota de historia
es dulce
melodiosa pasión en cascada
Donde el tiempo se borra y crece a mil pies.
Me ahogo una y otra vez esta noche
en un océano de arrepentimientos
Una vez más sueño con hallar
tu camino.
El viento acaricia mi piel
el fuego, otrora ardiente
no es más que llama vacilante.
Los ríos susurran historias sin fin
de antaño
Y la tierra, antes refugio
hoy me parece cargada de aflicción.
EXILIADOS DE LOS SILENCIOS
Hombres de horizontes quebrados
Fronteras trazadas por manos ajenas
Llevan sobre los hombros
Sombras de una patria lejana
Hecha añicos, nunca del todo abandonada.
Hijos de orillas borradas
Marinos perdidos en puertos de fortuna
Buscan en el frío de la piedra una tierra prometida
Que titubea bajo sus pasos deshechos.
Cruzan callejones donde el alba se deshilacha
Entre la neblina de una ciudad que jamás los abraza.
Herreros del olvido
Nómadas de trenes suburbanos y destartalados
Mestizos de concreto y de ensueños
Sus risas se consumen en el arcón de noches salvajes
Donde las estrellas se apartan del silencio de las avenidas
Y sus cantos rotos, ahogados
Ya solo resuenan en los huecos del viento.
Exiliados del alba
Esculpen la noche con sueños fugitivos
Siembran raíces en la arena de las promesas.
Allí donde el mar se vuelve tierra y la tierra mar
Partidos sin partida, errantes sin regreso
Fragmentos de una ciudad que los devora.
Y aunque ella los olvide
Su suelo llevará por siempre la huella de sus pasos.
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