Heridas silenciosas en mi Quisqueya

IMG-20251019-WA0101 Heridas silenciosas en mi Quisqueya

Por Victoria Mejía

“Las emociones no expresadas nunca mueren. Se entierran vivas y emergerán más tarde de formas más desagradables.”
Sigmund Freud

Desde el momento en que nacemos, comenzamos a experimentar la vida a través de nuestras actividades cotidianas. Tanto hombres como mujeres enfrentamos situaciones sociales, familiares, laborales y personales que, a lo largo del tiempo, pueden dejar cicatrices invisibles: las llamadas heridas silenciosas. Son marcas emocionales que, aunque no se vean, permanecen grabadas en la memoria y acompañan al ser humano desde la niñez hasta la adultez.

La mente humana es como una computadora que almacena recuerdos, emociones y vivencias. En ese archivo interior se guardan también los momentos dolorosos, las experiencias traumáticas o los temores que preferimos callar. Muchas personas eligen mantener esos recuerdos ocultos, bien sea por miedo, vergüenza o desconfianza. Sin embargo, esas emociones reprimidas no desaparecen: permanecen vivas, esperando una oportunidad para resurgir en forma de tristeza, ansiedad o frustración.

image Heridas silenciosas en mi Quisqueya

Fracasos, enfermedades, engaños, discriminación o pérdidas son solo algunas de las causas que pueden provocar heridas emocionales. Cada ser humano tiene una historia que contar, y esas historias no resueltas convierten a la sociedad en un terreno más vulnerable. Cuando las emociones no se manejan adecuadamente, pueden derivar en depresión, adicciones, violencia, suicidio o decisiones impulsivas, consecuencias de un dolor que nunca fue atendido ni comprendido.

En nuestra querida Quisqueya, esta realidad afecta profundamente la personalidad de cada ciudadano. La salud mental y el equilibrio emocional deben considerarse pilares esenciales del bienestar. Una sociedad que promueve la educación emocional, la empatía y el acceso a la ayuda psicológica es una sociedad preparada para el progreso y la paz.

Porque sanar también es un acto de amor hacia uno mismo y hacia nuestra nación. Solo cuando aprendamos a escuchar y a expresar nuestras heridas silenciosas, podremos construir una República Dominicana más consciente, solidaria y emocionalmente sana.

_____________________________________________________________________________

Total Views: 86

Post Comment