A quienes critican el salario de los docentes
Por Rosanna Salazar
Deberían hacer un reto: que los que critican a los docentes pasen una semana en las escuelas públicas de los barrios más pobres de Santo Domingo. Que los envíen a los grupos de estudiantes más conflictivos y numerosos, e inviten a los padres y madres más agresivos y metiches a ir todos los días a quejarse, a insultar o a pegarles. Que no haya luz nunca para usar los pocos equipos que tengan, que se monten tres peleas al día entre los alumnos, que los estudiantes pregunten todo el tiempo y les den querellas sobre lo que les hace el Brayan o Yuleisy, que encuentren grupos perreando en plena aula o besándose en medio de las clases, o tal vez durmiéndose o chateando por el celular.
Que llegue una comisión técnica a supervisar registros, planes de clases y a observarlos durante toda la semana, criticando cada paso que den. Que los convoquen a una reunión todos los días, cuando solo falten cinco minutos para la salida, para imponerles nuevas formas burocráticas. Que les hablen en el lenguaje técnico-pedagógico para que no entiendan ni pío, y les asignen pruebas diagnósticas el día anterior a aplicarlas. Que tengan que diseñarlas ellos mismos y subirlas a una plataforma digital cuyo funcionamiento no conocen, pero que nadie les explica cómo deben hacerlo. Y luego, que tengan que corregir el mismo día y mandar los reportes a la plataforma y a la dirección y coordinación del centro en una hoja de Excel, con comentarios individuales de los resultados (errores y aciertos)… Y ya verás que tendrán que callarse la bocaza o rogar que les suban el 100 % a los maestros.
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